Los refugiados son personas que se ven obligadas a abandonar su país de origen debido a conflictos armados, persecuciones o transgresiones graves de los derechos humanos. Se enfrentan a situaciones de extrema vulnerabilidad, ya que han perdido sus hogares, sus comunidades y, en muchos casos, a sus seres queridos. La huida suele ser repentina y peligrosa, dejando atrás la estabilidad y el acceso a servicios básicos como la educación, la atención médica y los medios de subsistencia.

El fenómeno de los refugiados no solo es un problema humanitario, sino también un desafío internacional. Los países de acogida se ven presionados para ofrecer soluciones y apoyo a estas poblaciones, proporcionando refugio, protección y asistencia para cubrir necesidades esenciales. Además, el desplazamiento de grandes grupos de personas puede alterar la dinámica social y económica de las regiones receptoras, especialmente en países que ya enfrentan dificultades para atender a su propia población.

El marco legal que protege a los refugiados está establecido principalmente en la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo de 1967, base de la labor que realiza la UNHCR. Según este acuerdo, un refugiado es definido como cualquier persona que, debido a un temor bien fundado de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentra fuera de su país y no puede o no quiere regresar a él. La protección internacional garantiza que no sean devueltos a su lugar de origen si ello implica riesgo para sus vidas o su libertad.

Esta herramienta creada a partir de los datos recabados por la UNHCR en el periodo 2001 – 2023, permite visualizar país de origen, país de asilo, edad y sexo, además de filtrar los datos por año y por país para otorgar un mejor manejo de los datos.